Septiembre de 2015. La fecha ha quedado marcada en la historia de la industria del automóvil. Por aquel entonces, el dieselgate irrumpía en la cúpula empresarial de uno de los fabricantes de coches más poderosos del mundo: Volkswagen. La firma alemana había vendido vehículos diésel con un soft­ware que manipulaba la información sobre emisiones tóxicas, y activaba los controles de contaminación solo cuando el vehículo era sometido a pruebas.

Fuente: elpais.com   12-01-2020

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