Tristemente es una situación que se da más veces de lo que nos gustaría, que serían ninguna, pero lamentablemente siempre nos acabamos enterando de sucesos tan terribles como estos. En los que los conductores dejan olvidados en el asiento trasero de sus coches a sus propios hijos o mascotas, que con el rigor del calor veraniego pueden sufrir serios estragos, pudiendo incluso peligrar su vida.
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