La conducción en invierno se puede antojar más complicada de lo habitual. Las bajas temperaturas, unidas a las lluvias, hacen un cóctel en el que el conductor tiene que poner más de su parte para no sufrir las consecuencias y, a su vez, circular con la mayor seguridad.

Más allá de los consejos típicos de cómo conducir con la presencia de nieve y hielo, que te damos en este otro artículo, os invitamos a la reflexión con los dos vídeos siguientes, en los que** el parabrisas es sólo (afortunadamente) el perjudicado en sendos accidentes**. Y decimos “sólo” porque, en ambos casos, las consecuencias podían haber sido malísimas, y más teniendo en cuenta que, en el segundo caso, se debe a una imprudencia de otro conductor.

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